domingo, 22 de julio de 2012


Dieter F. Uchtdorf

Siempre en el punto medio

En muchos calendarios del mundo, el mes de julio indica la mitad del año. Aunque el comienzo y el final de las cosas se celebran y se recuerdan, el punto medio con frecuencia pasa desapercibido.
Los comienzos son los momentos para tomar determinaciones, crear planes, recibir impulsos de energía; los finales son momentos para comenzar a relajarse, y pueden incluir sentimientos de satisfacción o de fracaso. Pero, con la perspectiva apropiada, el considerar que nos encontramos en el punto medio de las cosas puede ayudarnos no sólo a comprender la vida un poco mejor, sino también a vivirla de manera más significativa.

El punto medio de la obra misional

Cuando les hablo a los misioneros jóvenes, con frecuencia les digo que están en el punto medio de sus misiones. Ya sea que hayan acabado de llegar el día anterior o que estén por volver a casa al día siguiente, les pido que piensen que siempre están en el punto medio.
Los misioneros nuevos tal vez sientan que tienen muy poca experiencia para ser eficientes y, por tanto, se demoran en hablar o actuar con confianza y resolución. Los misioneros con experiencia que están cerca del final pueden sentirse tristes porque la misión esté por terminar, o tal vez aminoren el ritmo al ponerse a pensar en lo que harán después de la misión.
Independientemente de las circunstancias y de dónde presten servicio, la verdad es que los misioneros del Señor siembran a diario incontables semillas de buenas nuevas. El pensar siempre que están en el punto medio de su misión dará valor y energía a estos fieles representantes del Señor. Eso se aplica tanto a los misioneros de tiempo completo como a todos nosotros.

Siempre estamos en el punto medio

Este cambio de perspectiva es más que un simple engaño de la mente. Hay una verdad sublime detrás de la idea de que siempre estamos en el punto medio. Si miramos nuestra ubicación en un mapa, nos veremos tentados a decir que estamos en el lugar de origen, pero si observamos con más detenimiento, no importa dónde estemos, sólo nos encontramos en el punto medio de una zona más amplia.
Lo que es cierto en el espacio también es cierto con respecto al tiempo. Tal vez sintamos que estamos al comienzo o al final de la vida; pero cuando consideramos nuestra ubicación en el contexto de la eternidad, cuando nos damos cuenta de que nuestro espíritu ha existido más tiempo del que podemos medir y que, gracias al sacrificio perfecto de la expiación de Jesucristo, nuestra alma existirá durante una eternidad futura, reconocemos que verdaderamente estamos en el punto medio.
Hace poco sentí que debía renovar la lápida de la tumba de mis padres. La tumba se había deteriorado con el tiempo y pensé que una nueva lápida sería más adecuada para honrar sus vidas ejemplares. Cuando vi las fechas de nacimiento y defunción en la lápida, separadas por el insignificante y habitual guión, ese pequeño símbolo, que representa la duración de una vida, trajo a mi mente y a mi corazón una inmensidad de recuerdos gratos. Cada uno de esos atesorados recuerdos refleja un momento en el medio de la vida de mis padres y de la mía.
No importa la edad que tengamos ni dónde nos encontremos, cuando las cosas ocurren en la vida, siempre estamos en el punto medio; es más, siempre estaremos en el punto medio.

La esperanza de estar en el punto medio

Sí, habrá comienzos y finales a lo largo de la vida, pero ésos son sólo indicadores en el camino del gran medio de nuestras vidas eternas. Ya sea que estemos al comienzo o al final, seamos jóvenes o ancianos, el Señor puede utilizarnos para Sus propósitos si simplemente hacemos a un lado los pensamientos que limitan nuestra capacidad de servir y permitimos que Su voluntad rija nuestra vida.
Dice el salmista: “Éste es el día que hizo Jehová; [debemos regocijarnos y alegrarnos] en él” (véase Salmo 118:24). Amulek nos recuerda que “esta vida es cuando el hombre debe prepararse para comparecer ante Dios; sí,el día de esta vida es el día en que el hombre debe ejecutar su obra” (Alma 34:32; cursiva agregada). Y la poetisa expresa: “El para siempre se compone de ahoras”1.
Estar siempre en el punto medio significa que el partido nunca termina, que nunca se pierde la esperanza y que la derrota nunca es definitiva; pues, dondequiera que nos encontremos o cualesquiera sean nuestras circunstancias, tenemos por delante una eternidad de comienzos y finales.
Siempre estamos en el punto medio.

Cómo enseñar este mensaje

Considere la posibilidad de analizar con la familia en qué forma se encuentran “siempre en el medio”, aun cuando estén al comienzo o al final de algo. Anímelos a hacer todo lo posible por esforzarse en sus actividades del momento sin pensar en el pasado ni esperar hasta la próxima actividad o proyecto. Tal vez podría sugerir que elijan algo que puedan hacer como familia a fin de poner en práctica este consejo y establecer una fecha en la cual esperan lograr su meta.
Jóvenes

En el punto medio de tu preparación para una misión

El presidente Uchtdorf les dice a los misioneros que imaginen que se encuentran en el punto medio de sus misiones. Ustedes también pueden aplicar esa idea a su preparación para la misión; ya sea que tengan 12 o 18 años, pueden prepararse para servir en una misión.
¿Cuáles son algunas de las cosas que pueden hacer “en el punto medio” de la preparación para su misión?
  •  
    Siempre sean dignos de asistir al templo.
  •  
    Para aprender a reconocer los susurros del Espíritu Santo, escriban las impresiones que tengan y actúen de acuerdo con ellas.
  •  
    Oren por los misioneros.
  •  
    Pregunten a los misioneros de su localidad qué les recomiendan hacer para prepararse para su misión.
  •  
    Aprendan a administrar su tiempo eficazmente e incluyan actividades importantes como el servicio, estudiar las Escrituras y escribir en su diario personal.
  •  
    Cuando hablen con un miembro de la familia, compartan un pasaje de las Escrituras que los haya inspirado recientemente y expresen lo que piensan sobre dicho pasaje.
  •  
    Pregunten a sus amigos sobre su religión y sus creencias, y estén dispuestos a compartir las de ustedes. Invítenlos a actividades de la Iglesia.
Al reconocer que están en el punto medio de su preparación para la misión, vivirán de manera de ser más dignos de la confianza del Señor y de la compañía del Espíritu.
Niños

Todos podemos hacer algo ahora

  1. 1. 
    El presidente Uchtdorf enseña que no importa la edad que tengas, puedes hacer algo para ayudar a los demás. Haz una lista de tus talentos y habilidades en tu diario personal o en una hoja, y pregunta a tus padres cuáles creen ellos que son tus talentos.
  2. 2. 
    Determina cómo podrías usar tus talentos para ayudar a otras personas en las situaciones que se mencionan a continuación.
  3. 3. 
    Al final de tu lista de talentos, escribe una manera en que podrías utilizarlos para ayudar a las demás personas durante esta semana.

miércoles, 4 de julio de 2012

El Señor Jesucristo y su santa Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días: Él es el punto central de nuestra adoración; Él es el Hijo del Dios viviente, el Primogénito del Padre, el Unigénito en la carne. Él "ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron" (1 Corintios15:20). Él es el Señor que vendrá de nuevo "para reinar en la tierra sobre su pueblo" (D. y C. 76:63; véase también Miqueas 4:7; Apocalipsis 11:15).
Nadie tan grandioso ha caminado sobre la tierra; ningún otro ha hecho un sacrificio comparable ni otorgado una bendición semejante. 







Él es el Salvador y el Redentor del mundo. Creo en Él; afirmo Su divinidad sin dudas ni evasivas. Lo amo. Pronuncio el nombre de Jesucristo con reverencia y maravilla. Él es nuestro Rey, nuestro Señor, nuestro Maestro, el Cristo viviente, que está a la diestra de Su Padre. ¡Él vive! Él vive, resplandeciente y maravilloso, el Hijo viviente del Dios viviente. ( GORDON B. HINCKLEY )