Jesucristo: Nuestro Salvador
“He aquí, yo soy Jesucristo, de quien los profetas testificaron que vendría al mundo. Y he aquí, soy la luz y la vida del mundo; y he... glorificado al Padre, tomando sobre mí los pecados del mundo, con lo cual me he sometido a la voluntad del Padre en todas las cosas desde el principio”.
Libro de Mormón, 3 Nefi 11:10-11
El Padre Celestial le ama a usted y desea que viva en Su presencia después de esta vida. Su plan, llamado el evangelio de Jesucristo, le llevará de regreso a Él si es que opta por seguirlo.
El evangelio de Jesucristo es sencillo. Empieza con la fe en Jesucristo. Tener fe en Jesucristo es creer en Él, confiar en Él y depender de Él. La fe en Jesucristo le lleva a desear mejorar su vida. Por medio del arrepentimiento, usted cambia los pensamientos, los deseos, los hábitos y las acciones que no estén en armonía con las enseñanzas de Dios. El Padre Celestial le promete que si se arrepiente, Él le perdonará los pecados.
La fe en Jesucristo y el arrepentimiento lo preparan para el bautismo y el don del Espíritu Santo. Jesucristo enseñó que todos se deben bautizar en el agua y en el Espíritu para el perdón de los pecados. Por medio del bautismo efectuado por alguien que posea la autoridad del sacerdocio de Dios y por medio de la recepción del Espíritu Santo, usted nacerá de nuevo espiritualmente. Después del bautismo, Dios promete darle el don del Espíritu Santo, que a usted le servirá de guía, consuelo y ayuda para saber y reconocer la verdad.
El evangelio de Jesucristo se ha restaurado por medio de la revelación que Dios dio al profeta José Smith y a otros profetas. Usted puede saber por cuenta propia que esto es verdad al preguntárselo al Padre Celestial en oración.
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